06 agosto 2011

EL DÍA DEL SEÑOR

Domingo XIX del Tiempo Ordinario
Elías espera a Dios y éste se le presenta como un susurro, sin prueba alguna de su poder. Es  el gran secreto de Dios que nos narró Jesucristo que se acerca como Padre bueno a todas sus criaturas. Ese es el relato del Libro Primero de los Reyes  en la primera lectura

El salmo 84 procede de los días de persecución de Antioco. Y es sobre todo, un canto ilusionado y esperanzado ante la misericordia divina a la que el pueblo expresa toda su gratitud. Nosotros también, aquí y ahora, debemos reconocer al proclamar el salmo 84 que Dios es justo porque es bueno.

En la segunda lectura, de la Carta de San Pablo a los Romanos, describe el Apóstol de los gentiles, el misterio inquietante de la infidelidad de los judíos a Jesús. Nada, ni nadie, parece que pudo evitarlo. Pero subyace en el relato de Pablo un mensaje de esperanza para el pueblo en el que nació Jesús de Nazaret.

La barca de Pedro es la Iglesia. Los miedos de Pedro son las tribulaciones lógicas de esa Iglesia de Cristo. Pero, tras la tempestad llega la calma y tras el momento duro en que Pedro parece que se hunde en las aguas llega la calma de la mano del Señor Jesús. Esto es lo que nos narra hoy el Evangelio de Mateo, que el Señor aumente nuestra fe, para no dudar nunca de El.

Las Homilías os recomiendo buscar en el enlace : Valle de los Caídos. Va a serviros de mucho y volveréis cada semana.

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