Domingo XIX del Tiempo Ordinario
Elías espera a Dios y éste se le presenta como un susurro, sin prueba alguna de su poder. Es el gran secreto de Dios que nos narró Jesucristo que se acerca como Padre bueno a todas sus criaturas. Ese es el relato del Libro Primero de los Reyes en la primera lectura
El salmo 84 procede de los días de persecución de Antioco. Y es sobre todo, un canto ilusionado y esperanzado ante la misericordia divina a la que el pueblo expresa toda su gratitud. Nosotros también, aquí y ahora, debemos reconocer al proclamar el salmo 84 que Dios es justo porque es bueno.
La barca de Pedro es la Iglesia. Los miedos de Pedro son las tribulaciones lógicas de esa Iglesia de Cristo. Pero, tras la tempestad llega la calma y tras el momento duro en que Pedro parece que se hunde en las aguas llega la calma de la mano del Señor Jesús. Esto es lo que nos narra hoy el Evangelio de Mateo, que el Señor aumente nuestra fe, para no dudar nunca de El.
Las Homilías os recomiendo buscar en el enlace : Valle de los Caídos. Va a serviros de mucho y volveréis cada semana.
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