Este domingo es el domingo de la fe correspondida, tanto la mujer que encuentra a Jesús por el camino y le toca el manto con fe plena de quedar curada, como Jairo, que sigue confiando en la Palabra del Maestro aún cuando le dicen que su hija ya ha muerto, reciben el milagro por el poder de la fe. Lección provechosa para nuestras oraciones de petición.
La primera lectura nos revela un misterio que el hombre no comprenden, de dónde vienen los males del mundo; el Libro de la sabiduría nos responde de una manera clara y tajante: Dios no quiere ni la muerte, ni la enfermedad, ni ninguno de los sufrimientos de la humanidad, Fue la envidia del Demonio, el maligno, que introdujo el pecado en el mundo quien trajo el veneno del mal.
El salmo 29, aunque era la plegaaria de la dedicación del Templo, se comprende que es también un canto de gratitud del salmista por ser liberado de una dolencia y por todos los bienes recibidos de Dios. Es pedagogía de la gratitud, que tantas veces olvida el hombre, es pronto a pedir y remiso en agradecer...
La segunda lectura es una carta de S. Pablo a los Corintios, contiene una doctrina perfecta para remediar las necesidades de los pobres. Habla de igualdad. Y parece escrita para este nuestro muy recio tiempo que nos toca vivir: "los tiempos son difíciles y los hermanos necesitan mucho de nosotros".
El Evangelio es la prueba que necesitamos para orar con fe y confianza, hay dos modelos de grandes problemas, que nadie puede resolver, sólo Dios, y acuden al Maestro con humildad y fe para recibir estos grandes milagros. Cristo es el vencedor del Maligno, y por eso vence al pecado al mal y a la muerte.

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