NOTICIAS DESDE LA TORRE

Esta semana las noticias, aunque de fondo tienen el marco de los acontecimientos de la sociedad, vistos desde el amor cristiano, nos siguen motivando a más orar y ofrecer un camino de mayor exigencia y austeridad personal. Si la situación económica es preocupante, también lo es mucho, la situación de las comunidades cristianas, el envejecimiento del clero y de los fieles, la falta de interés por gran parte de los jóvenes y niños por la fe, la falta de implicación de la familia en la formación integral en fe y valores de sus hijos, dejándolo todo en manos de los colegios y de los medios de comunicación y viviendo el ambiente de sus compañeros como si fuera el único camino.

En medio de lo que se ve desde la distancia y panorámica de la vida contemplativa, se observa que al mismo tiempo que disminuyen las vocaciones al clero secular y a congregaciones de vida activa, permanecen o aumentan las de la vida contemplativa, que reciben cada año savia nueva.

Ha pasado rápidamente el mes de julio con la intensidad de los muchos acontecimientos que hemos ido reseñando, entre ellos la despedida del primer oblato de Salamanca, que ha querido el Señor, fuera el primero en entrar por la puerta grande de los hijos fieles, nos referimos a Daniel, quien tenemos como un nuevo intercesor por nuestras necesidades y proyectos. Así sea.

Agosto ha comenzado con optimismo primaveral, temperaturas más moderadas, preparativos para recibir a un grupo de monitores con adolescentes. Y como signo premonitorio, recordamos que las golondrinas, esas apreciadas aves,por parte de la poesía, leyenda y admiración popular, marcan cada año con su venida y con sus trinos y elegante vuelo, la promesa de buen tiempo. Como golondrinas pero en pleno estío, comenzamos el mes con la visita de nuestras queridas Hermanas  Benedictinas de Alba y de Zamora, que vinieron a pasar un día de familia en esta Casa de la Virgen y sus alrededores.

Con ellas el aroma de la vida contemplativa, del espíritu de familia de las Comunidades, su alegría y su oración. Fue un regalo para la Virgen el escucharlas con sus hermosas voces cantar el oficio de sexta y dedicarle una Salve. Todo ello con ese sello y personalidad propias de las Benedictinas, que dedican su vida a la perfección en la alabanza divina.

Gracias por su visita a esta su Casa, porque donde sus hermanos los monjes han puesto sus ojos para tener un lugar de formación para los Oblatos y un adecuado entorno para un desierto monástico para los que decidan por algún tiempo vivir la soledad y la vida eremítica con la que comienza toda vida contemplativa y que tanta riqueza sigue aportando a la Iglesia, es también la Casa de nuestras Hermanas. Esperamos seguir cooperando mutuamente para crecer en el aprendizaje y servicio divino como quiere nuestro Padre San Benito.

P.S.: Espero fotos tomadas por las Hermanas, pues como pueden ver, no conseguí nada de calidad y nos gustaría tener un recuerdo de ese día. Gracias,hasta el ora et labora de cada día.