07 febrero 2013

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO

Queremos ayudarte a vivir mejor la Liturgia dominical, de manera que cuando vayas a la Sta. Misa, irás preparado para profundizar en la riqueza de los textos que nos regalan en el último domingo del Tiempo Ordinario, pues el miércoles de Ceniza comienza el tiempo de Cuaresma.   Hoy el gran privilegio es sentir la Voz del Señor que también a nosotros nos invita a dejarlo todo y servirle en su Iglesia como "pescadores de hombres", por la oración, el ejemplo, la palabra y la ofrenda de la vida...


Primera lectura: Isaías 6, 1-2a.3-8 (Vocación del profeta Isaías)

La misión de Isaías no será fácil porque deberá profetizar la ruina de Israel y Judá en castigo a sus infidelidades. Dios purifica los labios del profeta para que pueda cumplir su misión. Escuchemos con atención.

Segunda lectura: I Corintios 15, 1-11 (Evangelio de Pablo, que recuerda su vocación)
 

San Pablo, que se considera indigno y pecador, pero no ha defraudado la gracia que le ha sido concedida, explica cuál ha sido el contenido de su predicación. Que esta lectura ilumine nuestro diario actuar para no defraudar la gracia que Cristo nos da. Presten atención. 

Tercera lectura: Lc. 5, 1-11 (Vocación de los cuatro primeros discípulos de Jesús

La lectura del Evangelio de San Lucas nos refiere una pesca milagrosa.  Pedro se confiesa pecador. En cambio el Señor llama a Pedro y a sus amigos para hacerlos pescadores de hombres. No importa lo que haya sido nuestra vida pasada, el Señor perdona y olvida. Pero exige una conversión auténtica. Nos quiere ahora santos a su servicio. 



RESPUESTA DESDE LO HONDO A LA LLAMADA DEL SEÑOR
Es justo bendecirte, Padre, porque, como a los apóstoles,
Cristo nos llamó por nuestro nombre a su seguimiento por la fe.
Por el bautismo tú nos has incorporado al cuerpo de Cristo
y nos has hecho templos del Espíritu y miembros de tu Iglesia.
¡Gracias, Señor! Es hermosa nuestra vocación cristiana,
pero es también vocación totalizante: en cuerpo y alma.

Ilumínanos, Señor, con el Espíritu de tu verdad,
para que entendamos qué es ser discípulo auténtico de Jesús.
Y haznos fuertes para testimoniar los valores del evangelio
en medio de un mundo que prefiere el desamor y la mentira.
Así demostraremos que te pertenecemos para siempre.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario