Estamos viviendo en momentos en que continuamente escuchamos denuncias de como los que más pueden, los gobernantes, los poderosos se han olvidado de los pobres, cometiendo y permitiendo todo tipo de abusos, llevados por la ambición y la corrupción en todos los sentidos. Hoy la Liturgia nos habla de estas cuestiones y nos presenta el reino como expresión del don de Dios que elige y perdona. Su riqueza nos ha convertido en plenamente rico, pero la manera de emplear esta riqueza es el reflejo del gran misterio del amor de Dios en nuestra vida. Dejándonos como conclusión que quien absolutice la riqueza de este mundo, con sus formas y exigencias, se convierte en enemigo de Dios y de su reino.
REFLEXIÓN SOBRE LAS LECTURAS
1.- Nuestra primera lectura de hoy, es del libro del profeta Amos, su contenido es una valiente y detallada denuncia de injusticias sociales. Tan realista y objetiva, que repetida en estos tiempos, goza de la más palpitante actualidad, en la que observamos como la ambición del dinero lleva frecuentemente al abuso de los más pobres y necesitados ante la corrupción.
2.-En nuestra segunda lectura de hoy, de la primera carta del apóstol San Pablo a Timoteo, escucharemos como este encomienda las plegarias litúrgicas de forma semejante a la oración de los fieles, que hacemos en la Misa. Es que la voluntad universal de salvación manifestada en Cristo hace que los cristianos no olviden a nadie en sus peticiones.
3.- En el evangelio de hoy, del libro de Lucas, escucharemos la encomienda de Dios a nosotros, que no es más que lo pequeño de la tierra, lo material, la riqueza, pero estas, tenemos que utilizarlas de acuerdo a la voluntad de su dueño, es decir en favor de los más pobres, como un medio de amor y de servicio. Solo entonces se nos confiara el auténtico tesoro, el reino.
Él nos pide que no adoremos al dinero, que no le convirtamos en un ídolo que esclaviza. Y, sin embargo, es capaz de reconocer el ingenio –el del administrador infiel—que ha sabido sortear el poder del vil metal. Es escuchando, pues a Jesús en la parábola del administrador astuto, y sobre todo, en las últimas frases del texto de Lucas, donde se advierte que vivimos inmersos en una sociedad dominada por la corrupción que, invariablemente, produce la acumulación de riquezas. En fin, que Jesús de Nazaret nos recomienda, sobre todo, ir por la vida ligeros de equipaje, como siempre hizo, Él. Además, sabemos que la terrible crisis que estamos sufriendo estos años proviene de la desmedida avaricia de algunos sectores financieros…
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