26 septiembre 2013

OBLATOS BENEDICTINOS- UNA ESPIRITUALIDAD PARA CUALQUIER TIEMPO Y PROFESIÓN

Un Oblato es un laico, soltero o casado, asociado formalmente a un monasterio en particular. El oblato busca vivir una vida en armonía con el espíritu de san Benito como se revela en la Regla de San Benito y su expresión contemporánea.
El Papa León XIII (1810-1903) había fomentado el desarrollo de los Oblatos Benedictinos, los hombres y mujeres que desean moldear sus vidas de acuerdo a los principios y los ideales de la Regla de San Benito y compartimos como miembros de la familia monástica en el trabajo espiritual de los monjes.


Origen de los Oblatos

De la vida de San Benito, como afirma san Gregorio Magno, parece que los Oblatos fueron recibidos por nuestro Santo Padre ya en Subiaco, antes de fundar su monasterio de Monte Cassino. Al parecer, sin embargo, estos fueron sólo los niños que se ofrecieron (Oblatos significa “uno que se ofrece”) por sus padres para ser educados para la vida monástica. Esta “ofrenda” de los niños se describe en el capítulo 59 de la Santa Regla. Sin embargo, la narración de San Gregorio parece justificar la conclusión de que algunos adultos que viven en el mundo también que se pusieron bajo la dirección de San Benito y que lo visitaron en su monasterio de vez en cuando para la instrucción y guía espiritual.

Confratres

El término “Oblato”, tal como se aplica a los adultos, no parecen haber sido utilizadas antes del siglo XI. Pero ya en el siglo IX nos encontramos con el término “confratres”, que es el nombre que utiliza a veces para Oblatos de la Congregación Benedictina Inglesa, y tenemos pruebas de que muchos monasterios han tenido “confratres” antes del siglo XI. Así nos encontramos con un monje de ese tiempo a escribir:
“Hay un gran número de los fieles, tanto pobres como ricos, que piden confraternidad con nosotros. Doy a todos ellos la participación en todo lo bueno que se hace en nuestro monasterio, ya sea por la oración o la limosna. Hagamos oración especial por ellos, tanto durante su vida y después de su muerte. ”
Estas palabras describen bien la relación que existe todavía en nuestros días entre los Oblatos y el monasterio a la que pertenecen.

Oblatos regularizados

Un estado más preciso fue dada a los Oblatos por el beato Guillermo, abad de Hirschau (1091). Estableció reglas definidas por dos tipos de Oblatos. Los pasantes o Oblatos regulares que vivieron en el monasterio y sometidos a la disciplina, pero sin hacer votos formales. Los oblatos seculares externos o que viven en el mundo, pero estaban afiliados con el monasterio. Ellos prometieron obediencia y la castidad perfecta a veces, y donaron más de una parte o la totalidad de sus bienes al monasterio, ya sea inmediatamente o en forma de legado. Los historiadores nos dicen que un gran número de los fieles se consagraron a Dios ya la Orden de San Benito, al unirse a sí mismos como Oblatos. Tales famosos monasterios como Cluny, Hirschau, San Blas, entre otros. El emperador del Sacro Imperio, San Enrique II (972-1024), mostró mucho amor y veneración por la Orden que ha sido elegido el patrono especial de los Oblatos. Su esposa, Cunegunda, fue canonizada en 1200.

Santa Francisca Romana

En el siglo XV, Santa Francisca de Roma (1384-1440) indujo una serie de nobles mujeres romanas a renunciar a su vida mundana y extravagante para portar una vida cristiana más perfecta en sus hogares y el ejercicio de la caridad a los pobres. No hicieron votos, ni llevan un hábito religioso especial, pero se pusieron bajo la dirección espiritual de los benedictinos Olivetanos. Algunos años más tarde comenzaron a vivir una vida de comunidad, pero sólo prometian obediencia al superior a quien habían elegido. Este original Instituto de Oblatos, fundado por Santa Francisca, existe en Roma el día de hoy, ellos participan en la oración diaria común y actos de caridad con los pobres y los desgraciados. Por tanto, es apropiado que Santa Francisca de Roma haya sido nombrada la patrona de los Oblatos de San Benito. Su fiesta se celebra el 9 de marzo.

Piscopia Elena y los Oblatos

Elena Lucrezia Cornaro Piscopia (1646-1684) fue una brillante erudita, filósofa, músico y oblata benedictina. Ella se convirtió en una de las luces más brillantes de la Universidad de Padua. “Las autoridades de la Iglesia católica romana se negó a otorgar el título de Doctor en Teología a una mujer. Elena aplica, una vez más, ante la insistencia de su padre. En esta ocasión la Iglesia comprometida, permitió que Elena Piscopia solicitara un Doctorado de Filosofía.” Ella es honrada como la primera mujer en obtener un doctorado por un vitral en el Vassar College. Murió en 1689 a los 39 años y fue enterrada, a petición suya, entre los monjes en el Monasterio de Padua de San Giustina.
Su biografía escrita por Ludovico Francesco Maschietto, Elena Lucrezia Cornaro Piscopia, prima donna nel mondo laureata: 1646-1684 fue traducido y se publico en junio de 2007.

La Aprobación Canónica

La situación canónica final de los Oblatos se estableció por un Breve del Papa León XIII, del 17 de junio de 1898. El 23 de julio de 1904, la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares emitió un decreto oficial que se aprueba el Estatuto y Reglamento de los oblatos seculares de San Benito, y los estatutos, con algunas modificaciones leves y adiciones, fueron aprobadas de nuevo por un rescripto de la Sagrada Congregación de Religiosos el 24 de marzo de 1927.

Desde aquí una abierta invitación a todo el que


sienta la llamada de conocer más y de integrarse en el número de los Oblatos, que en nuestro caso pertenecen a la Abadía de la Santa Cruz del Valle
de los Caídos en Cuelgamuros, el Escorial, Madrid-    En Salamanca hay un grupo de aspirantes a la Oblación benedictina, que esperamos siga con vitalidad creciendo, gracias a la devoción y llamada de Nuestro Padre y fundador San Benito Abad.  En Salamanca tenemos dos centros, uno en el Monasterio del Santuario de Valdejimena, donde en su hospedería celebramos los retiros de los Oblatos de la Abadía, y donde algunos han tomado su medalla de postulantes. Aquí siempre estamos atentos a servirles litúrgicamente y en la formación religiosa para ser Oblatos Benedictinos. En Salamanca hay una Casa dedicada a María, Rosa Mística, que es el centro de reuniones en Salamanca y en su Capilla se celebra la Eucaristía y se adora al Señor en el Sacramento del Altar.
un grupo de Oblatos en la Capilla de Valdejimena en el Retiro dirigido por el P. José Ignacio OSB monje del Valle
nuestro Hermano Daniel, primer Oblato de Salamanca y el primero en entrar en el cielo el 18 de julio del pasado año como intercesor  de todos y modelo de sus virtudes.
Sta. María de Valdejimena

1 comentario:

  1. ...y en mi opinión especialmente indicada para las Últimos Tiempos, es decir los actuales, en que la oración, el apartamiento del mundo y la penitencia son de una importancia singular.

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