24 mayo 2014

DOMINGO VI DE PASCUA CICLO A- 25 DE MAY0

Estudio bíblico del texto.
El evangelista Juan pone en este texto unas ideas muy centrales: El amor lleva al cumplimiento de los mandamientos, y ese cumplimiento tiene una recompensa. Hay que leer con esta clave el texto para comprenderlo:
Si me amais, obedecereis mis mandamientos y yo pediré al Padre que os envíe el Espíritu Santo.

Este discurso, llamado “de despedida”, Jesús asegura a los discípulos, que va con el Padre, pero los consuela diciendo que no los dejará huérfanos, que estará con ellos, que les enviará el defensor, el Espíritu Santo. Pero deben cumplir, obedecer, mantenerse, cuidar, guardar los mandamientos (todos esos verbos aparecen en las traducciones al español).  Al mantenerse en los mandamientos los discípulos se adhieren a la voluntad de Dios. Es como un nuevo éxodo, una salida de sí mismo para llegar a una tierra prometida que exige el paso por el desierto. Es un éxodo espiritual que se concentra en la actitud de obediencia a los mandamientos de Jesús.

Pero ¿cuáles mandamientos? La Ley preveía primero los 10 grandes mandamientos de Moisés y luego muchísimas normas más que están en los primeros libros llamados los libros de la Ley. Jesús, propone la simpleza de “amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo”. Y establece unas ideas centrales que encontramos en las Bienaventuranzas y también en el llamado Juicio Final de cómo se comportaron.

Jesús insiste: Si me aman, cumplirán mis mandamientos. El amor a Jesús no un sentimiento solamente, sino un acción de vida fiel a su Palabra. El amor de Dios, tampoco es un sentimentalismo, es una Palabra hecha hombre, Jesús, el Cristo. El amor es una persona, que vino a este mundo a cambiar nuestra mentalidad egoísta en amor real, verdadero y en una vida nueva en Cristo.

Pero para esto, necesitarán los discípulos una ayuda, y entonces es que Jesús les aclara que enviará al Espíritu Santo, para que esté siempre con los seguidores de Jesús.

De muchas maneras se ha traducido al Español al Espíritu Santo: Paráclito, Defensor, Abogado, Consolador… etc.  Es que la acción del Espíritu Santo es recordarnos a Jesús, traerlo a nuestra vida y animarnos. Su presencia no nos deja huérfanos.  Él nos ama, se entrega por sus discípulos. Sus discípulos lo aman, cumplen sus mandamientos, cambian de vida, el Padre los ama y el Espíritu Santo se derrama sobre todos los creyentes.

De esta manera que parece un juego de amor entre Dios y sus discípulos, Él se manifiesta, y vive en medio de los seguidores, o sea de la Iglesia.
 Estudio bíblico del texto.
El evangelista Juan pone en este texto unas ideas muy centrales: El amor lleva al cumplimiento de los mandamientos, y ese cumplimiento tiene una recompensa. Hay que leer con esta clave el texto para comprenderlo:

Si me aman, obedecen mis mandamientos y yo pediré al Padre que les envíe el Espíritu Santo.
Este discurso, llamado “de despedida”, Jesús asegura a los discípulos, que va con el Padre, pero los consuela diciendo que no los dejará huérfanos, que estará con ellos, que les enviará el defensor, el Espíritu Santo. Pero deben cumplir, obedecer, mantenerse, cuidar, guardar los mandamientos (todos esos verbos aparecen en las traducciones al español).  Al mantenerse en los mandamientos los discípulos se adhieren a la voluntad de Dios. Es como un nuevo éxodo, una salida de sí mismo para llegar a una tierra prometida que exige el paso por el desierto. Es un éxodo espiritual que se concentra en la actitud de obediencia a los mandamientos de Jesús.

Pero ¿cuáles mandamientos? La Ley preveía primero los 10 grandes mandamientos de Moisés y luego muchísimas normas más que están en los primeros libros llamados los libros de la Ley. Jesús, propone la simpleza de “amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo”. Y establece unas ideas centrales que encontramos en las Bienaventuranzas y también en el llamado Juicio Final de cómo se comportaron.

Jesús insiste: Si me aman, cumplirán mis mandamientos. El amor a Jesús no un sentimiento solamente, sino un acción de vida fiel a su Palabra. El amor de Dios, tampoco es un sentimentalismo, es una Palabra hecha hombre, Jesús, el Cristo. El amor es una persona, que vino a este mundo a cambiar nuestra mentalidad egoísta en amor real, verdadero y en una vida nueva en Cristo.

Pero para esto, necesitarán los discípulos una ayuda, y entonces es que Jesús les aclara que enviará al Espíritu Santo, para que esté siempre con los seguidores de Jesús.

De muchas maneras se ha traducido al Español al Espíritu Santo: Paráclito, Defensor, Abogado, Consolador… etc.  Es que la acción del Espíritu Santo es recordarnos a Jesús, traerlo a nuestra vida y animarnos. Su presencia no nos deja huérfanos.  Él nos ama, se entrega por sus discípulos. Sus discípulos lo aman, cumplen sus mandamientos, cambian de vida, el Padre los ama y el Espíritu Santo se derrama sobre todos los creyentes.

De esta manera que parece un juego de amor entre Dios y sus discípulos, Él se manifiesta, y vive en medio de los seguidores, o sea de la Iglesia.
“NO OS DEJO HUÉRFANOS, VOLVERÉ PARA ESTAR CON VOSOTROS.” (versículo 18)
Y de esta forma nos ponemos en contemplación, repitiendo y agradeciendo a Jesús que venga.
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ACCIÓN
¿A qué me comprometo para demostrar el cambio?
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Si estoy solo, vuelvo a leer el texto, tratando de hacer énfasis en el contexto en que Jesús dijo estas palabras. Y como Jesús habla del amor con expresiones, voy a buscar en mi entorno alguna persona que esté necesitando una palabra de aliento, un gesto de cercanía. Voy a tomar un tiempo en esta semana para estar con esta persona. Puede ser un enfermo, un anciano, alguien que realmente esté necesitado de amor. Procuraré con mucha discreción, compartir el texto bíblico y orar con esta persona, pidiendo el Espíritu Santo.
En el grupo. Es importante destacar la importancia de la relación del discípulo con las obras de amor que manifiestan a Jesús presente en nuestra comunidad. ¿Qué haremos para mostrar al mundo que Jesús está presente y somos de verdad sus seguidores? Será importante como siempre organizar como grupo una visita a un lugar donde haya gente que necesite amor, puede ser un asilo de ancianos, o enfermos de nuestra comunidad. También hay lugares especiales como orfanatos, u hospitales para llevar la presencia de Cristo que ama a todos a través de nuestras acciones eclesiales.

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