Queremos comunicaros el mensaje que predomina este tercer domingo de espera de la Venida del Señor, con toda la Iglesia, recibimos la consigna de San Pablo, que estemos alegres, porque el Señor se acerca. es un propósito a vivir y a comunicar en los próximos días hasta que llegue la Navidad. Pero desde la Fe, nos parece lógico ese mensaje, nuestro gozo. Pero desde la no fe, desde el materialismo que transforma la Navidad en las fiestas del invierno, de las comidas excesivas y de los regalos molestos, que desequilibran la ya maltrecha economía y que pocas veces sabemos si acertamos con ellos...
Escuchamos por todas partes: Felicidades, pero por qué desean felicidad y alegría, si no tienen motivo, si falta la Causa: la Venida de Cristo, sólo queda, el empobrecimiento, el paro, las estrecheces, la pobreza, los desahucios, los problemas familiares, el sin sentido de una vida que pasa rauda y se nos escapa sin saber qué será del hombre increyente después... Una gran pregunta, para estos días, de qué se alegra la gente, qué adornos incluyen el sentido único y primigenio de la Navidad...??? No os parece que algo o alguien nos está robando nuestra fiesta y alegría para convertirla en algo sin sentido ni origen...???
Encendamos la tercera vela, Juan el Bautista nos anuncia la Luz, y nos dice que no es él. La buena noticia que trae es que preparemos los caminos, que el Mesías llega.
La primera lectura del libro de Sofonías, a él como a nosotros le tocó vivir en tiempos "malos", Israel estaba cercado por los asirios, hay temor, estrechez, violencia..., pero al final espera al Rey (Josías) como libertador y reformador y el profeta prorrumpe en gozo. Nosotros lo aplicamos al Rey de reyes, al Mesías prometido, que al fin llega y sí que viene a cambiarlo todo, como sólo Él puede. Un rayo de esperanza, después de la gran tristeza..
El salmo no es tal, sino unos versículos del libro del Profeta Isaías, el profeta mesiánico.
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