1.- El profeta Isaías en la primera lectura nos desvela una profecía muy singular para nosotros: el Mesías es presentado como el Esposo de Israel que traería la paz y la alegría a su pueblo. Y como seguiremos viendo todas las lecturas de hoy tienen ese contenido especial de matrimonio, de esponsales entre Dios y su pueblo.
S.- El salmo 95 tenía para el pueblo judío la idea de un Dios único y portador de toda la fuerza. Y era el pueblo de Israel quien debía de comunicar a todos los demás pueblo esa realidad importante y alegre. Esta idea de Dios como rey universal llega hasta nosotros y por eso le cantamos y le festejamos.
2.- La lectura de la Primera Carta de San Pablo a los fieles de Corinto nos acompañará hasta el domingo quinto de este primer tramo del tiempo ordinario, como segunda lectura de nuestras eucaristías. Refiere los diferentes dones y carismas que el Espíritu Santo otorga a los fieles para vivir mejor y ser más felices puestos todos en presencia de Dios.
3.- Jesús de Nazaret inicia su misión en una boda, por indicación de su Madre, la Virgen María y convirtiendo considerables cantidades de agua en un vino excelente. No puede haber principio más bello y alegre. El episodio de las Bodas de Caná merece toda nuestra atención al escucharlo y reflexionar, después, en él por su significado y matices.
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