El profeta Isaías en la primera lectura nos ofrece el vaticinio impresionante de la llegada del Niño que esperamos. Y narra como el Señor Dios dará una señal a los contemporáneos de Acaz: “La Virgen está encinta y da a luz un hijo...”Todo esta a punto para la llegada.
El Salmo número 23 fue compuesto para cantarlo durante el traslado del Arca de la Alianza desde Silo al Templo de Salomón . Para nosotros es un himno al poder de Dios y a nuestra conversión.
En el comienzo de la Carta a los Romanos, que es nuestra segunda lectura anuncia la filiación divina del Señor Jesús y la promesa de los antiguos profetas de que salvaría al mundo. Son unas breves palabras pero de extraordinario contenido e importancia.
El evangelio de Mateo, que es el que corresponde en este Ciclo A que acabamos de empezar, narra el nacimiento de Jesús y el apoyo de Dios a san José en momentos difíciles. El ángel comunicó a José la naturaleza del Hijo que esperaba María y refleja también Mateo la profecía de Isaías
El Cuarto Domingo de Adviento es siempre el preámbulo necesario para mejor entender litúrgicamente el Nacimiento del Señor. Nos lo dice el Salmo. "Va a entrar el Señor: Él es el Rey de la Gloria". El Señor va a llegar y nosotros debemos tener al corazón abierto a su llegada y el espíritu limpio para mejor recibirle. Y de algo tan grande hemos de ser muy cuidadosos en la atención a lo que contiene esta Misa. Isaías, una vez más va a aproximar su acción profética, afirmando que la gran señal de Dios --la que no quiere pedir Acaz-- será precisamente "que la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pone por nombre Emmanuel". El Nacimiento de Belén estaba anunciado por los profetas y conviene que lo tengamos en cuenta. El Antiguo Testamento es una preparación para los tiempos plenos del Nuevo y nexo de unión entre las Alianzas entre Dios y los hombres. La vigencia, no obstante, de los grandes profetas termina en Juan el Bautista.
2.- El inicio de la Carta de San Pablo a los Romanos aparece entre las lecturas por, precisamente, esa alusión profética veterotestamentaria al futuro nacimiento del Salvador. También en esas palabras de Pablo se da noticia de la nueva época, de la Nueva Alianza, del Nuevo Testamento. Son la confirmación de los anuncios de lo que vamos a celebrar días después.
El Evangelio de Mateo cuenta "la anunciación a José". En efecto, José tenía un cierto nivel de escrúpulos ante el misterioso embarazo de su esposa, María. Pero iba a recibir de Dios, mediante el mensaje del ángel, un encargo muy importante dentro de la sociedad judía: el de poner nombre al Niño. Podría decirse -sin comparaciones de tipo físico- que si dar a luz era muy importante, lo era en igual medida el hecho de imponer el nombre al recién nacido. Y la comunicación angélica hecha a José da cumplimiento a la profecía de Isaías.
Todo está ya previsto para que el Hijo de Dios venga al mundo. José será su padre legal y el custodio de la seguridad de Madre e Hijo durante muchos años. Será, también, el educador de su Hijo primogénito al que enseñará su oficio de artesano. Y con ese talante de espera jubilosa deberemos salir el domingo del templo, tras la celebración de la Eucaristía, preparados en cuerpo y en alma para recibir dentro de menos de una semana Jesús, el Niño Dios.
La razón de nuestra esperanza. Hoy podemos celebrar a Santa María de la Esperanza y a San José de la Esperanza. Sin esperanza la vida es una noche en la que no amanece nunca. San Agustín decía que "la esperanza hace tolerable nuestra vida". María y José vivieron con esperanza y lo demostraron, porque movidos por ella superaron todas las dificultades de la vida. La capacidad de escucha, de confianza en Dios y de aceptación de su voluntad que tuvieron María y José debe ser para nosotros un ejemplo que nos anime a superar todos nuestros problemas. Cuando no hay esperanza vacilan el amor y la fe. No hay nada más triste que vivir en la desesperanza, sin ilusión por el futuro. El seguidor de Jesucristo tiene que ser un hombre o mujer, esperanzados y esperanzadores. La razón de nuestra esperanza es que Dios cumple su promesa, es "Dios con nosotros". Con El a nuestro lado todo se llena de luz, de sentido, de razón. Ya no caben las dudas, los pesimismos, los sentimientos negativos. ¿Cómo puede ser que se diga que los cristianos somos "gente tenebrosa"?, ¿Te has dado cuenta de lo que significa esta gran noticia: "Dios está con nosotros", está contigo, te quiere, se preocupa por ti, te ayuda y te sostiene? ¿No es algo maravilloso?
No hay comentarios:
Publicar un comentario