17 septiembre 2011

EL DIA DEL SEÑOR

Esta Eucaristía del domingo XXV del Tiempo Ordinario nos va a mostrar algo fundamental en nuestra vida:¿Son nuestros caminos los caminos de Dios? Hoy Jesús nos enseña con la parábola del viñador que la amorosa e infinita misericordia de Dios está siempre dispuesta a admitir a quien quiera trabajar con El. No importa el cuándo, todos tendremos la misma paga, la prometida, no se puede desear más.
La primera lectura del Profeta Isaías nos invita a buscar al Señor como creyentes. Creyente es el que cada día se arrodilla con humildad ante la infinita grandeza Divina, para preguntarle: "Señor, ¿quién eres?.
El salmo es el 144, es un canto de alabanza a Dios por su ternura y bondad con toda la creación.
La segunda lectura de San Pablo a los Filipenses: afirma, "para mí, la vida es Cristo" ¿Podríamos decir nosotros hoy lo mismo?
El Evangelio de Mateo nos ofrece trabajar para ganar el Reino, y nos lleva preguntarnos: "quiero yo ir a trabajar para el Señor? ¿qué pienso de los que vienen detrás? ¿Soy el amigo fiel que siente suyo el trabajo y lo hago con amor y al máximo de interés?  Tenemos la oportunidad de penetrar el mensaje y contestar las preguntas. Dios os bendiga y os dé su Paz.  Como todos los domingos os invito a entrar en el enlace del Valle de los Caídos para leer la Homilía.

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