15 junio 2012

EL DÍA DEL SEÑOR. DOMINGO XI DEL T. ORDINARIO

FELIZ DOMINGO, queridos hermanos. Hoy seguimos la dinámica litúrgica de los anteriores domingos, ir recibiendo la magnífica catequesis de la biografía de Jesús, que domingo a domingo nos abre las posibilidades de conocerle mejor.
Este domingo el Señor nos va a relatar las parábolas de las semillas. Algo tan humilde y pequeño y luego su transformación en vida y fecundidad. Así es la Palabra de Dios que cae en la tierra de nuestro corazón y con la gracia del Espíritu, nace, crece y da fruto.  No temáis nuestra pequeñez, somos como la semilla, la vitalidad la ha puesto Dios en nuestros corazones y ellos se despiertan con la gracia para dar un fruto sorprendente.
La primera lectura Cap. 17 del Libro del Profeta Samuel, en la misma línea de lo pequeño, pobre y humilde, como Israel, que es la rama de cedro plantada por el Señor y llega a ser mayor que los demás pueblos.
El salmo 91, La misericordia del Señor, suple nuestros fallos y hemos de dar gracias por su misericordia que es eterna.
Segunda lectura de San Pablo a los Corintios, nos llena de esperanza en la certeza del don de Dios a los fieles a su Palabra y que siguen sus caminos.
El Evangelio, San Marcos nos trae dos parábolas referidas a las semillas. El Señor es el Divino Sembrador, que deposita la semilla en nuestros corazones y que místicamente va creciendo hasta convertirse en un gran árbol, que cobija, da frutos, orienta y da firmeza y seguridad a quien se apoya en él.

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