08 junio 2012

EL DÍA DEL SEÑOR: EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

Bienvenidos queridos amigos en este gran día de fiesta en honor de la Eucaristía, desde esta Casa de La Virgen de Valdejimena, que es la casa de vuestra Madre, queremos unirnos a todos los fieles del mundo entero en este homenaje público a Jesús-Eucaristía. El Señor quiere hoy salir a nuestras calles, bendecir nuestros hogares, a todos los que ama y que no le vienen nunca a visitar, a nuestros afanes diarios etc..
Gran día en que podemos decir con razón con San Juan de la Cruz: "Pasó por estos sotos y espesuras, vistiéndolos de su hermosura". Si cada día en nuestros altares el milagro del Amor divino convierte el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre para nuestro alimento y ser presencia viva en nuestros Templos, hoy como respuesta agradecida a este milagro universal y constante, le damos gracias, bendecimos, cantamos, alabamos y festejamos.  Como muy bien dice el himno eucarístico Cantemos al Amor de los Amores, Él es el Amor de los Amores, está aquí y nos invita a venir y adorarle, para salir llenos de su Amor para compartirlo, por eso se estableció el día del Amor  Fraterno, fruto maduro de su presencia eucarística en nuestras almas.
La primera lectura tomada del Libro del Éxodo, nos narra la ofrenda de Moisés que simboliza la que vendrá a dar sentido y plenitud, la sangre derramada libremente por el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo.
Salmo 147, Se destaca la actitud misericordiosa de Dios para que vivamos en plenitud el día de la Caridad, cuando Dios se vuelca en los más pobres y humildes.
La segunda lectura, de la Carta a los Hebreos, nos proclama como nadie, el valor sacrificial y sacerdotal de Jesucristo, el Pontífice que con su cuerpo partido y su sangre derramada ofrece a quien lo quiera aceptar el perdón y la gracia: la Vida Eterna.
El Evangelio de San Marcos, en su narración del momento de la institución de la Santísima Eucaristía, las palabras que pronuncia Jesús, son la forma litúrgica de la Consagración, haciéndolo fielmente como él lo hizo.
No olvidemos de reparar por los sacrilegios, blasfemias, desprecios, olvidos y la poco respetuosa celebración y recepción de la Eucaristía, que con la mayor de las indiferencias muchos ministros hacen uso de algo que sólo pueden celebrar in "persona Christi" y que deben  administrar como la Iglesia se los manda, no son propietarios, que pueden cambiar, poner o quitar con la errónea creencia de que lo van a hacer mejor que el resto de la Iglesia y que como ellos son más listos, van a hacer que a la gente les guste más.  Dios nos ayude a volver a la unidad de fe, enseñanza y celebración dentro de la Iglesia; que nadie que sea buen y sincero observador puede negar que actualmente está rota.
Permitidme que os deje unas ideas para reflexionar y tomar actitudes. Basta de creacionistas progres y de iluminados modernistas, pues sus enseñanzas y celebraciones están muy lejos de las de la Iglesia de Cristo.  Además por sus frutos los conoceréis: con  todos los años de experiencias, cambios e inventos post-conciliares, hemos conseguido espantar de las Iglesias a mucha gente, y no hemos conseguido atraer a los niños y a los jóvenes, ¿nos atrevemos a seguir experimentando en algo tan delicado como las almas y con la terquedad que no ve los  resultados en tantos años....? Y no está de más recordar esta frase: "donde está Pedro, está Cristo.."
Primero: Dios respeta la libertad humana de aceptar o rechazar el perdón de los pecados, no obliga a nadie, aunque lo quiere para todos, por eso el original en latín dice : "pro vobis et pro multis", que significa por vosotros y por muchos (los que libremente lo aceptan), no por todos los hombres, doctrina condenada por el  Concilio de Trento, que defiende la idea de la justificación universal que oponían  los protestantes. Otra, ¿Cuántos y cuáles son los Sacramentos de la Iglesia? La Eucaristía es un Sacramento, pero la Celebración de la Santa Misa no está entre los Sacramentos, es el misterio de fe de la renovación en el altar de la Pasión y muerte de Cristo.¿  Y los demás Sacramentos quedan excluídos, porque se proclama que éste, no otros, es el sacramente de nuestra fe? ¿De dónde ha salido el mandato de estar de pie delante de la manifestación del Cuerpo y la Sangre de Jesús en la Santa Misa? ¿No es acaso un augusto momento que merece toda reverencia, manifestada en el estar postrados? ¿No se postró ante la zarza ardiente Moisés? No dice la escritura "Toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra al nombre de Jesús?  ¿no se arrodilla mucha gente para pedir perdón a alguien o el novio para pedir la aceptación a la novia, o ante reyes y personajes? ¿Por qué ante la presencia Real de Cristo en la Forma Consagrada y en el Cáliz con su  Sangre, no merece estar respetuosamente de rodillas? No entiendo nada, pero en el fondo parece que es una intención de tribializar los grandes valores de la fe en la presencia real de Cristo;
para que el pueblo viva la Santa Misa como una celebración más o menos festiva, comunitaria y muy puramente de amigos que recuerdan lo que hizo un Amigo, no la fe en que se vuelve a realizar como la primera vez.  Ahí lo dejo, hay mucho más, pero no me diréis que dentro de la Iglesia esa "pluralidad de celebraciones, enseñanzas y creencias no está rompiendo la ansiada unidad":" Que seáis uno como mi Padre y Yo somos Uno"... Buscad y veréis las controversias sobre la presencia real de Cristo en la Eucaristía o que es un Memorial, la Virginidad de la Virgen, pero no siempre...,
y se podría seguir.. Buscad siempre la Verdad, no os dejéis engañar, sed firmes en la Fe y el Magisterio de la Iglesia, que la Luz del Espíritu descienda sobre toda la Iglesia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario