La centralidad del crucifijo se ha ido perdiendo en la actual celebración cara al pueblo, con frecuencia es colocado a un lado del altar y también desaparecido del mismo.
El entonces teólogo y cardenal Joseph Ratzinger subrayó muchas veces que en la celebración cara al pueblo debe permanecer el crucifijo en su centralidad en el altar. En su ensayo introducción al espíritu de la Liturgia, propuso "no proceder a transformaciones sino simplemente poner la Cruz en el centro del altar, hacia el cual pueden mirar juntos el sacerdote y los fieles, para dejarse conducir así hacia erl Señor al cual todos juntos oramos". Esta norma procede de la Oficina para las celebraciones litúrgicas del Sumo Pontífice.
De la Instrucción Redemptionis Sacramentum, destacamos: "La bandeja para la Comunión de los fieles debe mantgenerse, para evitar de que caiga la hostia sagrada o algún fragmento.
No está permitido que los fieles tomen la hostia consagrada ni el cáliz sagrado por sí mismos , ni mucho menos que se lo pasen entre sí de mano en mano."
Seguiremos ahondando en el tema litúrgico, que ha sido muy descuidado, abriendo puertas a la "creatividad" de muchos sacerdotes, que les aparta de las normas para la unidad en una misma y única celebración para toda la Iglesia.
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