01 septiembre 2012

EL DÍA DEL SEÑOR . DOMINGO XXII DEL T. ORDINARIO

El marco de la celebración de este domingo tiene varios aspectos a destacar: los externos y el mensaje espiritual de la Palabra.
Con respecto a los primeros, el ambiente personal y familiar está tocado profundamente por el fin de las vacaciones, las experiencias de todo tipo vividas en el verano, el retorno a la vida cotidiana con su rutina y compromisos, cambios en los horarios y actividades. Todo esto es un frente a conquistar con paciencia, ilusión y entusiasmo, confiando en la ayuda del Señor que en todo tiempo ha estado, está y estará con nosotros. No podemos olvidar la situación en la que España está viviendo desde hace algún tiempo; al que no le han tocado los problemas de cerca, debe observar la realidad del entorno y que más tarde o más temprano ifluirá en todos. Además con espíritu cristiano ver tanta desolación y destrucción, no nos puede dejar indiferentes.  Todos piensan que la única crisis de España es lña económica, y sin embargo, aunque importante y gravísima, ni es la única, ni es la más importante, puesto que es el fruto de un largo proceso de descomposición de España, de sus valores morales, familiares, éticos, religiosos..., fijémonos en la educación de nuestros niños y jóvenes, deficiente en todo y con los frutos que conocemos, el ambiente familiar dcreciencemasiado ocupado para convivir, dialogar, entenderse, escucharse.., las rupturas matrimoniales tan numerosas y con tan tristes consecuencias especialmente para los hijos, el ambiente creado por los medios de comunicación en que "todo vale", se ha perdido el sentido del bien y del mal, de lo que se debe o no hacer. Hemos perdido el respeto a las normas, a la autoridad y sobre todo, hemos tratado de hacer a Dios y a sus normas invisibles o anacrónicos en nuestra sociedad. Entre los pocos cristianos comprometidos que van quedando, cunde el desaliento por ver las dificultades de evangelizar, la creciente deserción de más personas que abandonan la Iglesia, la tristeza de la disminución imparable del número de sacerdotes y su avanzada edad, con el agravante de los seminarios vacíos  o con escasos seminaristas para resolver el relevo generacional.  Por otra parte hablar de la realidad de una nación llamada España con su historia de pueblos que se unieron para formar un proyecto común, se está desmoronando por los separatismos nacionalistas llenos de fanatismo y de rencores. Mal podremos resolver los problemas económicos si no comenzamos por el principio, la causa de nuestros males. Un país que de cristiano se convirtió en materialista y que no respetando el matrimonio, la familia y la vida del no nacido, abrió las puertas a todo lo demás... Nos queda cumplir con nuestra parte con la fuerza que da la Fe y la certeza de la ayuda de un Dios que es Amor, Misericordia y siempre está con  nosotros, con esa paciencia sin límites que nos llena de paz.
La primera lectura del Deuteronomio en su capítulo IV se habla de la entrega de la Ley a los judíos, como vemos, aún en aquella época, se fue desvirtuando el espíritu y quedándose en la letra, hasta que llega Jesús y les llama a una Conversión del corazón, para no ser sólo seguidores de la letra, sino creyentes que viven con amor y obras el espíritu de la Ley.
El salmo responsorial es el verdadero reflejo de la actitud del creyente ante el Señor, sinceridad, coherencia, humildad y sencillez,  que sirva para cantarlo al Señor como compromiso del cristiano de hoy.
La segunda lectura es una carta del Apóstol Santiago, que se puede resumir en una paternal  enseñanza en la que pide que aceptemos sin restricciones, interpretaciones etc.., de una manera dócil la Palabra de Dios.
el Evangelio es hoy de San Marcos y culmina todo el mensaje de la Liturgia de hoy con las palabras claras y duras de Jesús, que acusa de perversión e hipocresía a los fariseos, que por su comodidad y propio beneficio, adulteraron la Ley de Moisés. Es una reflexión para los cristianos que quedamos hoy dentro de la Iglesia, que estamos tentados a algo semejante, cambiar, quitar, acomodar el Mensaje, la Liturgia y la vida de la Iglesia a lo que vive y piensa erróneamente el mundo de hoy. Es más fácil no enfrentarnos a lo opuesto a la fe y a la moral cristiana, sino seguir el ambiente reinante,cumpliendo sólo lo exterior, hablando de una religión descafeinada, que parece más una ONG, que la Iglesia de Cristo. Con el ideal de hacernos nuestro paraíso en un mundo que creemos que no se nos acaba y en el que el ideal es puramente material: concordia, ayudar al pobre, que vivamos muy a gusto etc... Pero sin visión de meta escatológica y de juicio de Dios y de Eternidad.

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