08 septiembre 2012

EL DÍA DEL SEÑOR DOMINGO XXIII DEL T. ORDINARIO

El mensaje de la Palabra que envuelve toda la Celebración como enseñanza y camino de esperanza se basa en la gran Misericordia del Señor que nos ama a todos por igual, que nos socorre en la medida de nuestra fe y que abre nuestros oídos para escucharle como al sordo y luego podremos hablar de lo que hemos escuchado, siendo testigos fieles de quien nos salva. Cada Eucaristía es el lugar de encuentro de hermanos que todos llevan sus heridas externas o internas, algunas visibles o que no las ocultamos, otras no visibles o que nos empeñamos en disimular. Pero a todos conoce el Señor en sus corazones,  las apariencias nos pueden condicionar a nosotros, pero no al Señor que nos conoce como realmente somos y para quien nada está escondido. El sufrimiento, las preocupaciones, las tristezas, las dudas y temores..., están presentes en el Corazón de Cristo, para respondernos en la medida de nuestras necesidades y de acuerdo a nuestra Fe. Demos gracias al Señor por esta oportunidad liberadora porque de Él viene todo consuelo y todo don perfecto.

La primera lectura del Libro del profeta Isaías cap. XXXV, parece que está hecho y dirigido a nuestro mundo de hoy. Habla en un ambiente cargado de desaliento, de dudas, temores, desesperanza y tristeza, las palabras del Profeta se convierten para nosotros en un alivio y mensaje seguro de consuelo, en medio de la crisis, de la sequía espiritual, la lluvia del Don de Dios. "Sed fuertes, no temáis".
Salmo, el 145, Aparece el Dios verdadero, el Padre de los pobres y afligidos, algo que Cristo repetía siempre en su elección por los más desfavorecidos, como los primeros en su ayuda. confiad siempre en Dios, Él es un Padre que ama a sus hijos y se compadece de ellos.

Segunda Lectura: Del Apóstol Santiago, que nos aclara que para Dios todos somos amados por igual, no tiene preferencias, no discrimina ni al mayor pecador. Dios elige a los más pobres del mundo para hacerlos herederos de la verdadera riqueza: el Reino. El mundo no les da oportunidades, los margina, Dios les abre las puertas de su Corazón paternal y les da lo que se les ha negado por el mundo.
El Evangelio: San Marcos narra el milagro del sordo- mudo, es la oportunidad del que cree y busca al Señor con ahinco, pues Él le escucha y le abre el oído, para que luego su lengua se llene de su alabanza y bendiciones. Se ve claramente la libertad humana, buscamos a Dios, esperamos en Él confiamos ciegamente en su Omnipotente Amor, o le rechazamos, olvidamos y dudamos de Él y entonces, nada recibiremos.Que este domingo nos haga valorar la mayor atención a la escucha de la Palabra, para hablar luego a los hermanos como testigos fieles de lo que escuchamos y creemos.

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