Hoy es el día mundial de las Misiones para todos los hijos de la Iglesia, vivimos con gozo y gratitud el don de la fe, pero se nos dio para compartirlo, para llevarlo a todos los hombres hasta el confín de la tierra.

La primera lectura está tomada del libro del Profeta Isaías en el cap. 53. Es la profecía del Siervo de Yahvé, sólo con ella podemos llegar a comprender el sacrificio de Cristo que se prefigura en este texto. Entre los judíos, nunca se tuvo en cuenta ni se entendió esta profecía, pasaron de largo y por ello hasta después de la muerte de Cristo no se llega a comprender su mensaje.
El salmo es el 32, Este cántico pide una victoria, pero hoy tomaremos la parte en la que se muestra al Dios bondadoso y compasivo con sus criaturas.
La segunda lectura es la Carta a los Hebreos: Es una lección litúrgica que se lleva a plenitud por el único Sumo y Eterno Sacerdote, Cristo, el que fundamenta una nueva Alianza, sellada por el amor, la paz y la reconciliación con el Padre, En pocas palabras es la misión salvífica para la que se ha destinado a Jesús de Nazaret.
El Evangelio de San Marcos, nos deja ver la idea que tenían los discípulos de la Misión del Maestro, no entienden su camino salvífico de inmolación, piensan sólo en un camino político que cambiaría estructuras sociales en las que ellos querían un protagonismo. El Señor les explica la necesidad de aceptar la igualdad con Él, que será calumniado, juzgado con injusticia, maltratado y muerto en un martirio Redentor. Su siguiente recomendación es de la actitud de servicio, humildad y disponibilidad a todos los hermanos, que no busquen el ser importantes y servidos.
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