06 julio 2013

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C


.1- En la primera lectura de hoy, el profeta Isaías nos presenta a una Jerusalén consolada por Dios y su consuelo es ofrecido como lo hace la madre generosa que brinda sus pechos a los hijos de sus entrañas, la vemos solicita rebosante de felicidad y brindándose a todos sus hijos, a cuantos la lloraron en su desconsuelo y la siguen amando en su triunfo mesiánico. .
2.- En este domingo concluimos la lectura de la carta del Apóstol Pablo a los Gálatas, como punto final, el apóstol reafirma dos de sus temas preferidos. Para los judíos la circuncisión era una muestra clara del cumplimiento de la Ley, pero Pablo les dice a los Gálatas que la salvación no proviene de la ley sino de Cristo. Y se apoya en la Cruz, signo de ignominia para los romanos, los paganos y los judíos, que ahora es el signo de la victoria y de la salvación, y por eso Pablo se gloría en ella, como también todos los cristianos, porque de ella brota la vida. 
 en este día debemos sentirnos enviados, como los 72 del evangelio de hoy, el Señor lo hace con un esquema sencillo, con instrucciones precisas, la misión no será fácil; debe llevarse a cabo en medio de la pobreza, sin alforjas ni provisiones. La misión es urgente y nada puede estorbarla, por eso no pueden detenerse a saludar durante el camino; tampoco los discípulos deben forzar a nadie para que los escuchen pero sí es el deber anunciar el Reino de Dios, porque lo único que cuenta es el hombre nuevo, que es capaz de superar la tragedia del pecado y realizar el proceso de la resurrección de Jesús, para vivir como persona nueva. 

3.- Por segunda ocasión, en el evangelio de Lucas, el Señor envía a sus discípulos a la misión de evangelizar, los envía de dos en dos. A su regreso estos llegan llenos de alegría, porque hasta los demonios se sometían al nombre de Jesús. El Señor manifiesta también su alegría, porque El rechaza cualquier forma de dominio, pero exhorta a los discípulos a no vanagloriarse por las cosas de este mundo, que lo importante es tener el nombre inscritoen el Libro de la Vida.   En este día debemos sentirnos enviados, como los 72 del evangelio de hoy, el Señor lo hace con un esquema sencillo, con instrucciones precisas, la misión no será fácil; debe llevarse a cabo en medio de la pobreza, sin alforjas ni provisiones. La misión es urgente y nada puede estorbarla, por eso no pueden detenerse a saludar durante el camino; tampoco los discípulos deben forzar a nadie para que los escuchen pero sí es el deber anunciar el Reino de Dios, porque lo único que cuenta es el hombre nuevo, que es capaz de superar la tragedia del pecado y realizar el proceso de la resurrección de Jesús, para vivir como persona renovada.

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