
"La ermita que yo le preparo a Jesús, no sé que tal será; pero te aseguro que es con un
amor impaciente. Cuánto tarda en llegar mi Jesús, Qué larga es la espera; pero qué dulce es el esperar para el que ama de veras. Qué consuelo tan grande, Señor; cuánto te quiero y cuanto me quieres Tú. Qué vergüenza el temor a todo lo que represente sacrificio, cuanto Tú. Señor, viniste al mundo desnudo, con frío, desamparado y perseguido… Qué vergüenza…; y yo en cambio… Cuánto te quiero, Señor; estas Navidades no sabré qué decirte, no podré… Tendré que callarme.
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Mira, es capaz de venir solamente por nosotros, de tanto que nos quiere. Qué bueno es Jesús; qué pena, el mundo no lo sabe. Vamos a poner nosotros todo el amor que el mundo no le tiene; vamos a pedírselo así a María; vamos a ayudar a la Virgen en el portalico… ¡Ah!, cuántas cosas podemos hacer; qué sosos somos; qué pobrecillos; qué ansias tan grandes para lo pequeños que somos. Dios, Jesús, María…, ¿sabemos lo que decimos?: NO, Tenemos una idea solamente; ni amar un poco sabemos; qué pobrecillos somos."


He recibido esta hermosa y humilde nota de un contemplativo y en su humilde sencillez brota tanta fe y amor que quiero compartirla con vosotros, para que todos preparemos una ermita para el nacimiento del Mesías con María y José. Para que la luz de la Estrella traiga a esa humilde y solitaria ermita muchas visitas contemplativas que desde el silencio serán elocuentes en las palabras del corazón y que oirán en ese silencio profundo, las Palabras del Verbo Encarnado, deseadas y que son la Respuesta esperada. y Seguiremos adorándole con alegría en medio de nuestra pobreza, de nuestras cruces e incomprensiones. Porque queremos estar con Él como Él quiso venir y estar con nosotros en la intimidad amorosa del anonimato y el silencio, santificándolo todo, bendiciéndolo todo, amándolo todo.
Os invito almas contemplativas en medio del claustro o del mundo, eremitas urbanos o del yermo, a ese el gozo grande de poder participar como más desea Jesús de la Navidad, en el Silencio Contemplativo de la "Ermita" de Belén con la Virgen que en su silencio contemplaba y guardaba todo meditándolo en su Corazón y de San José, que asombrado y lleno de emoción,adoraba, oraba, agradecía y se admiraba por tan gran prodigio del que era partícipe y testigo.


Os deseo a todos ya desde el centro de la Espera, en el Domingo de la Alegría, una Navidad íntima, profunda, rica, llena de mensaje, humilde, esplendorosa en la luz de la fe y de la entrega. Desde nuestras soledades en las que cabe el mundo entero, os deseo una Bendición Generosa del Gran Dios que viene en forma de Niño para redimirnos y uno mi expectación y oración a la vuestra, para que el mundo le reciba, pues le necesita y Él ha venido por todos. Bendita y Feliz Navidad a todos!
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