En la primera lectura que procede del capítulo 33 del Libro de Ezequiel, Dios mismo nos advierte sobre lo malo de la omisión a la hora de advertir al prójimo ignorante de su falta. Y por tanto no excluye que se denuncie el mal, ya sea personal o colectivo. Pero hacerlo con amor y humildad.
El salmo 94 es una oración de alabanza dirigida a la generosidad de Dios, creador de todo. Pero se completa con una advertencia en forma de recuerdo histórico: cuando el pueblo judío endureció su corazón en la travesía del desierto. Nuestro ánimo ha de estar siempre alegre esperando la generosidad del Señor, aunque, a veces, parece que falta.
Según S. Pablo en su carta a los Romanos-que es la segunda lectura de hoy-es el amor, lo que hace el bien a los hermanos y lo que, evidentemente, limitará cualquier exceso en la capacidad de advertencia o corrección.
En el Evangelio -del capítulo 18 de Mateo- es el mismo Jesús quien nos indica la fórmula de corrección en comunidad. Y serán sus últimas palabras del párrafo de San Mateo las que contendrán una promesa impresionante. Jesús estará en medio de nosotros cuando "dos o tres" nos reunamos para hablar con El. Es todo un gran programa de relación con el Salvador. No deberíamos olvidarlo nunca.
Valdejimena fue ermita, luego santuario y ahora va tomando aires y ambiente de monasterio benedictino.
ResponderEliminarInteresantes los videos de la entrada, buena idea.
Saludos