Estamos viviendo el tiempo vacacional, pero con un nuevo componente, muchas familias en situación angustiosa, recortes en el presupuesto familiar y el que puede disfrutar de algo tan justo como unas vacaciones, tiene que dar gracias a Dios y mirar a su alrededor, para ver qué puede hacer por los que no tienen ni trabajo, todos hemos de ser más austeros y abiertos a comprender y colaborar ante las carencias de muchos.
La primera lectura nos habla en el libro 2º de los Reyes de la intervención de Dios en ayuda de su Pueblo necesitado y coincide con el mensaje del Evangelio, nos parece imposible que con lo poco que podemos dar cada uno se pueda solucionar la pobreza de tantísimos. Sin embargo, dice la lectura: El pueblo por intervención de Dios "comerá y hasta sobrará".
El salmo 144 nos prepara para la venida del Reino de Cristo con una cierta realización y una idea nueva, que no es común en el Antiguo Testamento, "la justicia de Dios va acompañada de su misericordia".
La 2ª Lectura: San Pablo nos regala un plan lleno de sencillez y brevedad para la vida cristiana, ejercitar nuestra vocación en la humildad, la unidad y el amor. Cuánta sabiduría en tan pocas palabras, esto es indispensable, esperamos ponerlo en práctica
El Evangelio es de San Juan y como dijimos en la primera lectura, hay una misma realidad. las dos presentan una situación que nos desborda a los hombres de hoy: el hambre, la pobreza, el desempleo etc.., ¿cómo nosotros lo vamos a resolver si sólo tenemos 5 panes y 2 peces para tantos millones de personas. Sólo es posible cuando está el Señor, acudimos a Él con nuestra pobre cesta casi vacía, pero con el corazón lleno de fe y amor. Ahí sí que surge el milagro. Señor aquí estamos todos los cristianos con nuestro poquito de fe y de amor en nuestros cestos...

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