Reina de todos ellos la Santísima Virgen María.
En el mes de octubre que comienza, se abre con la humilde y bella flor ofrecida con todo su encanto juvenil en una vida contemplativa: Santa Teresa de Lisieux, que con su "caminito" nos enseña toda una recia espiritualidad mística y a ser el amor en la Iglesia.
El día dos recordamos a esos servidores fieles y anónimos a los que tantas veces olvidamos y menos les agradecemos su atento trabajo de custodios nuestros, los ángeles custodios
El día 4 la gran lección de la réplica en un cuerpo humano de un Cristo crucificado y en su alma de un evangelio viviente: el pobrecillo de Asís, San Francisco, el hermano universal, que ama tanto a Dios que llega a comprender que Dios ama a todo lo que ha creado, por eso su respeto y fraternidad confesa hacia todas las criaturas.
El viernes y el sábado, primeros de mes el mensaje y las intenciones de los Corazones de Jesús y de María, que nos invitan a la conversión, a la reparación y a involucrarnos en la salvación de todos nuestros hermanos.
Y todo ello encerrado en el mes del Santísimo Rosario, regalo celestial de la Virgen para sus hijos, que nos insiste en cada ocasión, en la importancia y la eficacia del rezo del Santo Rosario.
En el mes de octubre que comienza, se abre con la humilde y bella flor ofrecida con todo su encanto juvenil en una vida contemplativa: Santa Teresa de Lisieux, que con su "caminito" nos enseña toda una recia espiritualidad mística y a ser el amor en la Iglesia.
El día dos recordamos a esos servidores fieles y anónimos a los que tantas veces olvidamos y menos les agradecemos su atento trabajo de custodios nuestros, los ángeles custodios
El día 4 la gran lección de la réplica en un cuerpo humano de un Cristo crucificado y en su alma de un evangelio viviente: el pobrecillo de Asís, San Francisco, el hermano universal, que ama tanto a Dios que llega a comprender que Dios ama a todo lo que ha creado, por eso su respeto y fraternidad confesa hacia todas las criaturas.
El viernes y el sábado, primeros de mes el mensaje y las intenciones de los Corazones de Jesús y de María, que nos invitan a la conversión, a la reparación y a involucrarnos en la salvación de todos nuestros hermanos.
Y todo ello encerrado en el mes del Santísimo Rosario, regalo celestial de la Virgen para sus hijos, que nos insiste en cada ocasión, en la importancia y la eficacia del rezo del Santo Rosario.
Gracias nuevamente por estas reflexiones.
ResponderEliminarLeo, en el medio de estos tiempos... "recios" como dice el artículo del día 2 también..., leo y me ayudan estas reflexiones.
Creo que cada uno vive hoy esa lucha permanente, a brazo partido, para seguir en el Camino de Cristo.