12 septiembre 2013

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C

Podríamos denominarlo como el día del perdón y la alegría, ya que la liturgia de este nos lleva a recorrer el camino desde el pecado original, o sea la desobediencia a Dios hasta el rescate que vino a hacer el Señor Jesús, a todos los perdidos por este pecado, que no es otro que el de ofrecernos la entrada a su reino, mostrándose como el intercesor por excelencia entre el Padre y nosotros, quien a su vez se nos revela como el padre que a todos ofrece la gracia de su perdón y la posibilidad de una existencia nueva; su alegría está precisamente en ayudar a los que están extraviados o en peligro. 
Reflexiones sobre las lecturas de hoy:
1.- Nuestra primera lectura de hoy es del libro que nos narra la salida de Israel de Egipto, el Éxodo, se nos relata el culto a una imagen, lo que hace a Dios sentirse airado, por la infidelidad del pueblo a la alianza, pero al ruego de Moisés, descubrimos a un Dios abierto a la intersección, dispuesto a la misericordia y el perdón.
2.- En la segunda lectura de la carta de Pablo a Timoteo, escucharemos a un jerarca de la iglesia naciente, Pablo, haciendo un mea-culpa, que es como un llamado a nuestra Iglesia a convertirse en una iglesia penitente, donde sean precisamente las jerarquías las que inicien el buen ejemplo de confesar públicamente sus culpas y pedir humildemente perdón por ellas, confiando en que Cristo-Jesús, vino a salvar a los pecadores.
3.- El evangelio de hoy, del libro de Lucas, que es el que leemos en el Ciclo C, nos trae el relato de tres parábolas, llamadas parábolas del perdón, que iluminar la actitud del Cristo que perdona los pecados y convoca a los perdidos a su reino. Con estas Jesús muestra el auténtico rostro de Dios que se ha revelado como fuerza de un amor que salva y crea.

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